Investigaciones

Panamá

El doble destierro de Alejandrina

Cuando Alejandrina fue reubicada por la construcción del proyecto minero Cobre Panamá, jamás imaginó tener que pasar por lo mismo otra vez: un exilio forzado, un adiós a tu territorio Para enfrentar el deterioro ambiental y el cambio climático, el Canal de Panamá espera construir un reservorio de agua en la cuenca del Río Indio. Y para lograrlo, deberá inundar varias comunidades incluida El Limón de Chagres, donde ahora vive Alejandrina

Sentada frente a la cabaña de madera con techo de zinc que construyó su esposo, Alejandrina, campesina de 34 años, carga en brazos a su hija recién nacida mientras cuenta su mayor temor. Llegará el día —dice, una tarde de noviembre de 2021— en que no tendrá más opción que abandonar el bosque tropical montañoso que la rodea, porque terminará bajo el agua. Pero ni ella ni nadie en la comunidad El Limón de Chagres sabe cuándo. Solo saben que el plan es construir ahí, en el Río Indio, a 50 kilómetros del Canal de Panamá, El Canal, una reserva de agua que alimente las operaciones de la vía interoceánica. Y para lograrlo, El Limón de Chagres y otros 42 poblados campesinos serán borrados.

—Yo no sabía que por acá se estaban dando esas cosas… como eso había pasado ya en un plebiscito antes —dice Alejandrina, recordando cuando, en 2006, las protestas campesinas forzaron a El Canal a abandonar la idea de inundar sus tierras para ampliar la vía—. Y ahora vine acá y eso está latente. Eso no se ha terminado, ni se va a terminar hasta que ellos cumplan con su objetivo.

Y el destino de Alejandrina es, quizás, un destino que viene luchando contra el tiempo.